Mi alarma despierta y empieza como loca a gritarme los mismos vocablos de todos los días. En medio del frío, sus gritos, y el mal humor que se empieza a generar en mí; le imploro por nueve minutos más. Cierro los ojos, la envidia la corroe, escucho sus hostiles alaridos una vez más...
...es hora de despertar.
...es hora de despertar.
Se abren los cristales cafés del mapache y visualizo en mi mente lo que mis ojos enfermos de miopía son incapaces de divisar. Una nota en la pared, delicadamente escrita que recita los principios del Reiki. Aún soñolienta, estiro mi mano derecha que eventualmente encuentra mis gafas y las ubica en mis ojos... Respiro profundo y leo:
-Sólo por hoy-
No me preocupo
No me irrito
Agradezco
Trabajo duro
Soy amable con los demás
Soy amable con los demás
Lista para recibir con gratitud la bendición de un nuevo día, arranco las cobijas calientes de mi cuerpo y pongo los pies descalzos en la tierra...
...es hora de levantarse.
...es hora de levantarse.