heme sentada en el aeropuerto con los ojos de mapache más marcados que jamás pude tener. Sonrío al pensar en lo horrorosamente difícil que fue este semestre y que aún con el desgaste mental y sentimental que viví, lo logré! Sonrío de pensar que no importa cuan difícil y nublado se ve el camino ya que cuando estoy a punto de desmayar, siempre hay una luz que me incita a seguir peleando. Gracias universo por esa energía bendita que has puesto sobre mi, hoy mi fé, mente y corazón son más fuertes.