Me di cuenta que no recordaba la silueta de tus manos. Lloré desdichada! Cómo era posible no recordarlas? Me senté a pensar, a buscar, y no las encontré.
Estaba leyendo en el parque y mis pies descalzos tocaban el pasto, se llenaban de la energía de la tierra. Te vi venir, caminabas también descalzo por el borde del rio. Corrí tan rápido como pude pero mis piernas parecían no responder. Tuve que esperar a que llegaras a mi. Te vi y me perdí en tus ojos de mar, empecé a sentir como tus manos tocaban mi pelo, mis ojos, mi nariz... sentí el olor del sudor de tus manos.. Nunca las vi con tanta claridad: nunca percibí con tanto detalle las hendiduras de tus dedos, el color de tus uñas, la textura de tus palmas y sus cientos de lineas que parecían ser una extensión de las raíces del árbol que nos abrazaba. Sí, eras tú... Nuestros pies ya no tocaban la tierra, reposábamos en una banca invisible. Seguí observando tus manos...
Escuché un ruido insoportable, abrí mis ojos y noté que todo estaba borroso. Moví torpemente mi mano izquierda para alcanzar mis gafas. Todo tuvo de nuevo claridad absoluta pero tus manos habían desaparecido.
http://www.youtube.com/watch?v=DuYqAPIN88I
